Mostrando entradas con la etiqueta Vegetariana. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Vegetariana. Mostrar todas las entradas

Peras al vino

marzo 24, 2022

Peras al vino. Un postre tradicional, algo viejuno, la verdad, pero que a mí me parece de lo más sugerente con ese brillo maravilloso que le da la salsa. Sí, estoy fatal, ahora ya penso en la comida antes por su aspecto que por su sabor. Deformación profesional.  Pero si con esta foto te animas a hacerlas tú también, recordarás que son ricas (mejor cuanto mejor sea el vino que uses), facilonas y preciosas.
Te dejo la receta que hago yo para que la ajustes a tu gusto.

Peras al vino
6 peras maduras
300 ml de vino tinto
60 g azúcar
2 ramitas de canela
150 g de moras

Pela las peras y pártelas por la mitad longitudinalmente. Ponlas en un cazo con el azúcar el vino y la canela, y cuece a fuego lento hasta que estén tiernas en el centro. Esto puede llevarte de 20 a 45 minutos, dependiendo del tipo de pera y lo madura que esté. Muévelas de vez en cuando, y añade un poco más de vino solo si hace falta. Una vez hechas, si queda demasiado líquido, retira las peras y reduce ligeramente la salsa, para conseguir un jarabe espeso. Añade las moras y sirve.

Pesto rojo

febrero 02, 2022

Versiones de pesto hay muchas, y casi diría que desastres versionando pesto, todavía más. Me gustaría pensar que en la receta de hoy no vas a encontrar uno de esos desastres, sino otra salsa con este nombre que en realidad, se puede llamar de cualquier forma. Digamos que, por proximidad, era la forma más fácil de explicarlo. 
Así ya te irás imaginando de qué estoy hablando. Pero esto solo es el principio, porque según como te guste el acabado, puedes hacer una salsa perfecta para comer con pasta (piensa en una salsa untuosa, con el sabor potente del queso, el cuerpo de las nueces, la ligera acidez del tomate  confitado y el frescor de la albahaca); o dejarla más espesa y que sea casi un untable para poner encima de una rebanada de pan de hogaza ligeramente tostada; o incluso un aliño para una ensalada de rúcula y espinacas si le añades un poco más de aceite y la emulsionas un poco. 
Ya ves que ideas no me faltan, y es que, sea lo sea como queramos llamar a esta mezcla/pasta/salsa yo te recomiendo que la pruebes, al menos una vez. Para mí, que prefiero el pesto original, ha sido una muy agradable sorpresa. Sigo sin saber si llamarla pesto, pero a falta de mejor nombre, en casa nos entendemos cuando me lo piden así.

Pesto rojo

Ingredientes
85 g de nueces
250 g de pimientos rojos asados (en conserva)
8 tomates confitados, escurridos
1 diente de ajo grande
2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
20 hojas de albahaca
50g de queso parmesano recién rallado
Zumo de limón o vinagre (opcional)
Sal

Preparación
Si las nueces no están tostadas, ponlas en una sartén SIN nada de aceite, a fuego medio-alto, y muévelas continuamente hasta que se tuesten ligeramente. Reserva y deja que se enfríen en un plato.
Pon los pimientos bien escurridos de líquido, con los tomates, el ajo, el aceite de oliva y la albahaca en un procesador de alimentos o en el vaso de una batidora potente o picadora. Tritura hasta mezclar bien y tener una consistencia de pesto. Añade las nueces, y tritura ligeramente, dejando que queden algunos trocitos. Añade el parmesano rallado, prueba y corrige de sal si hiciera falta (yo nunca le pongo porque con el parmesano es más que suficiente para mi gusto), y si notas que necesita algo de acidez, añade un poco de zumo de limón o de vinagre. Puedes conservarlo en el frigorífico en un recipiente con tapa unos 3 a 5 días.

 

Mini burguer de berenjena

diciembre 03, 2021


Estas mini hamburguesas son un pequeño descubrimiento. En realidad, puedes hacer las versiones que prefieras, pero lo que más me ha gustado de hacer esta receta es que es perfecta como opcion vegetariana cuando vas a hacer un surtido de sliders. En lugar de hacer hamburguesas grandes, hace tiempo que prefiero hacer hamburguesas más pequeñas y poner diferentes combinaciones. Para eso, o bien compras pancitos de hamburguesa mini, o te dejo debajo mi receta de pan de hamburguesa, y los haces tú misma. Congelan bien, y aguantan también bastante bien unos días en una caja hermética, así que si vas a preparar una comida de picar, o similar, te vendrán muy bien. El relleno para mí es ideal como opción vegetariana. Berenjena aliñada, tomates y queso de cabra. Queda perfecto, sabroso y riquísimo. Son de las que antes se acaban! 

Mini burguer de berenjena y queso de cabra
 
Pan de hamburguesa
 
Ingredientes
290 g de leche tibia
8 g de levadura seca instantánea
30g de azúcar
70 g de aceite (yo usé de girasol, prefiero que no le de sabor)
1 huevo
420 g de harina de repostería
4 g de sal
1 huevo para pintar los panes

Preparación
En el cuenco de una batidora de pie (yo uso Kitchen Aid), mezcla suavemente la leche, la levadura, el azúcar y el huevo. Añade 3 tazas de harina, el aceite y la sal. Mezcla con la pala a velocidad baja hasta que se integren. Cambia al gancho de amasar. Amasa a baja velocidad durante unos 5 a 7 minutos hasta que la masa esté suave y elástica. Agrega más harina en los primeros minutos si te parece demasiado húmeda y pegajosa, 1 cucharada cada vez. La masa debe estirarse sin romperse pero todavía se sentirá ligeramente pegajosa al tacto.
También puedes hacer la masa a mano mezclando todos los ingredientes y amasando 10 minutos hasta que se esté suave y no se pegue a las manos.
Divide la masa en piezas de similar tamaño, y forma los panes. Para estas mini burguers, yo he hecho bollitos redondos y pequeños. Puedes hacer bollos más grandes, o incluso panecillos alargados para perritos calientes con esta misma receta. Si la masa se resiste al estirar, cubre con un paño de cocina 10 minutos para que el gluten se relaje (la masa se volvera más elástica). Coloca los panes sobre la bandeja del hornear bien separados unos de otros. Cubre con un paño limpio, y deja levar unos 30 a 35 minutos. Precalienta el horno a 180 grados. Cubre una bandeja para hornear con papel de hornear o una plancha de silicona.
Pincela los panes con leche, y hornea de 10 a 12 minutos hasta que estén dorados y suenen huecos al golpearlos por debajo. Retira de la bandeja y dejar enfriar por completo y tapados con un paño (para que se ponga suave la corteza) sobre una rejilla. Los panes se pueden congelar en una bolsa ziploc o guardar en un recipiente hermético una vez fríos.

Para la burguer de berenjena y queso de cabra
Ingredientes
2 berenjenas grandes
3 tomates
1 rulo de queso de cabra
Aceite de oliva virgen extra
Vinagre
1 diente de ajo
Orégano seco
Sal
Pimienta

Preparación
Corta las berejenas en rodajas de medio centímetro y pinta con aceite de oliva. Llévalas al grill caliente hasta que estén blandas y tostadas por los dos lados. Reserva en una fuente amplia aparte, en una sola capa.
Haz un aliño en un bol con 6 cucharadas de aceite de oliva, 2 cucharadas de vinagre, un diente de ajo picado, media guindilla picada y media cucharadita de orégano seco. Añade sal y pimienta al gusto, mezcla bien hasta emulsionar y vierte sobre las berenjenas. Deja que empapen bien el aliño. Dales la vuelta pasados un par de minutos, y monta los bocadillos. Abre los pancitos de hamburguesa, pon unas rodajas de tomate, berenjenas, añade un poco del aliño, un poco de queso de cabra, y a disfrutarlos. Si prefieres, puedes pasar ligeramente el queso de cabra por el grill justo antes de servirlo.

Higos con crema de azafrán y cardamomo

octubre 11, 2021

Ya está a punto de acabar la temporada de higos, pero aprovechando que encontré todavía unos el otro día, me decidí a probar este postre. Si te gusta el chocolate blanco y las especias lo vas a disfrutar todo. 

Es importante tostar bien el cardamomo y el azafrán, sin quemarlos, para que desarrollen todo el aroma y el sabor, y dejarlos luego suficiente rato en infusión para que los sabores se potencien. Después, no puede ser más fácil. 

A mí me encantan las cremas frías en postres. Se dejan preparadas hasta el momento de servir,y puedes jugar con la presentación como tú quieras: en un bol grande y servir en la mesa, en boles individuales, o en vasitos. Prueba y seguro que encuentras todavía más formas de servirlo. ¿ Porqué no como crema para acompañar un bizcocho?

Un postre de otoño que da muchísimo juego. Espero que os guste.

Higos con crema de azafrán y cardamomo

Ingredientes

500 ml de nata líquida
4 vainas de cardamomo,
Unas hebras de azafrán
100 g de chocolate blanco
9 higos maduros abiertos por la mitad
Frambuesa deshidratada en polvo para servir
 

Preparación

Tuesta el cardamomo en una sartén, sin aceite, y machaca en el mortero. Tuesta el azafrán, sin quemarlo, en una sartén. Vierte 100 ml de nata y cuando se impregne bien del azafrán, pásalo todo a un cazo, añade el resto de la nata, el cardamomo y lleva a ebullición.
Retira del fuego y cubre con una tapa, dejando infusionar 15 minutos.
Derrite el chocolate blanco al baño María. Añade la mezcla de nata y especias al chocolate y mezcla bien. Retira del fuego, y añade poco a poco el resto de la nata hasta tener una crema bien mezclada. Lleva al frigorífico, removiendo de vez en cuando, hasta que enfríe por completo.
Sirve la crema en boles, reparte los higos y decora con la frambuesa deshidratada en polvo.

Ensalada de higos y melocotón

septiembre 21, 2021
Hay una variedad tardía de melocotón que está en su mejor momento en septiembre. Justo cuando parece que el verano está por despedirse, y aparecen brevemente los higos anunciando el cambio de estación, en ese momento llegan estos melocotones, amarillos, inmensos y con muchísimo aroma. Un verdadero capricho a destiempo.

Y con esa idea en mente terminé por hacer esta ensalada riquísima. 

Salvedades, todas. Lo que os acabo de contar sucede en España, y en mi recuerdo. Aquí, en el norte de Irlanda he conseguido higos, pero ya veis que les falta ese granate intenso de los higos cogidos bien maduros. Y he conseguido melocotones, pero tuvieron que ser en conserva. Que no se diga que voy a traicionar mi nostalgia por falta de recursos. Unas hojas de espinaca fresca, unas bolitas de mozzarella, unas nueces y unas anchoas, y tengo la ensalada reina de septiembre para transportarme de vuelta volver a casa, que hace tanto que no voy por allá que estoy de lo más ñoño.

 
Ensalada de higos y melocotón
 
Ingredientes (para 4 personas)
4 higos por persona
200 g de hojas de espinacas tiernas  
4 melocotones 
200 g de bolitas de mozzarella
50 gramos de nueces
1 lata de anchoas
3 cdas aceite de oliva virgen extra
1 cda vinagre 
1 cdta de miel  

Preparación
Limpia y seca bien las hojas de espinaca. Reparte en los platos. Pon encima el melocotón en gajos (usa en su jugo si no tienes fresco) y los higos en mitades o en cuartos. Reparte la mozzarella, las nueces ylas anchoas. Mezcla el aceite, el vinagre y la miel y haz una vinagreta. Sírvela en salsera aparte.

Bombones de tarta de zanahoria y avena

septiembre 12, 2021

Hoy vengo volando, con un capricho que se prepara en un momento, no requiere horno, y que se come casi tan rápido como se prepara.Fáciles de hacer, y aún más de comer, estos bombones son libre se gluten si usas copos de avena gluten free. Por lo demás, que no te asuste lo de usar zanahoria y avena. Puedes llamarlo bolitas energéticas si te apetece, y dejarlos sin la cobertura de chocolate, o recubrirlos de coco rallado, y probablemente te ayuden a recuperarte de un entrenamiento intenso. Si piensas en bombones, entonces vete directamente a por la cobertura de chocolate y disfrútalos tal cual.

Bombones de tarta de zanahoria y avena

Ingredientes  (10-12 unidades)
2 zanahorias medianas
40 g de avena
50 g de dátiles
5 ml (1 cucharadita) de aceite de girasol
½ cucharadita de canela molida
1 cucharadita de extracto de vainilla
2 cucharadas de coco rallado
100 g de buen chocolate negro

Preparación

Pela y ralla las zanahorias. Pon todos los ingredientes excepto el chocolate en un robot de cocina y mezcla hasta obtener una pasta.
Prepara un plato con papel de horno antiadherente. Coge una cucharada de la pasta y haz una bolita, dándole forma con la palma de las manos. Es más fácil si te mojas ligeramente las manos, así que antes de cada bolita, pasa las manos bajo el grifo y forma la siguiente.
Repite hasta terminar la pasta. Lleva las bolitas a la nevera unos 30 minutos, para que se pongan firmes.

Después, derrite el chocolate al baño María o en el microondas, y pasa cada bolita por el chocolate derretido.
Déjalas reposar nuevamente en el plato y sírvelas una vez que el chocolate endurezca.



 

Sopa fría de pepino

agosto 25, 2021

Con el verano dando ya los últimos coletazos, todavía quedan días de calor en los que sigue apeteciendo comer fresquito. Al contrario que Mafalda, yo adoro las sopas en todos sus formatos; también las sopas frías. Pero con lo que no he podido nunca, nunca, es con el pepino.
Sí, has leído bien. Te traigo una sopa de pepino para decirte que no me gusta el pepino.
No soportaba el pepino (sigue sin volverme loca, la verdad) hasta hace nada. Este verano he empezado una terapia de desensibilización. Es decir, que lo he ido poniendo en pequeñas cantidades en ensaladas, hemos comido tzatziki para acompañar cantidad de platos y me he ido reconciliando con su sabor, así, en pequeñas dosis. Y al final, a fuerza de usarlo como de tapadillo, he conseguido que no me resulte tan intolerable. Lo he usado cortado en palitos con otras verduras y hortalizas en estos rollitos vietnamitas, y la semana pasada nos animamos a hacer sushi casero y también le pusimos su parte de pepino a algunas piezas. Así que tras este incremento gradual de la dosis, y mejorada mi tolerancia a su sabor, me vine arriba y me decidí a hacer una sopa fría de pepino que llevaba tiempo rondándome la cabeza. Básicamente, desde principios de verano. Me temía que me iba a seguir resultando demasiado potente de sabor, pero me pudo la curiosidad y me animé a probarla.
Y la verdad es que si te gusta el pepino no sé si te volverá loca, pero a mí me ha encantado y ya la tengo compitiendo muy de cerca con el gazpacho y la vichyssoise en el top de mis sopas frías favoritas. Además de muy rica, se prepara en un momento, no hay que hacerle apenas nada al servirla y es un primer plato refrescante perfecto para un día de calorazo. Y te lo dice una que sigue sin ser superfan del pepino.
Espero que te guste. 


Sopa fría de pepino
2 pepinos grandes
500 g de yogur natural
125 ml de agua
Sal
Para servir
Aceite de Oliva
Chile rojo
Unas hojas de menta fresca

Preparación
Pela el pepino y córtalo en dados no muy grandes. Pon en el vaso de la batidora el pepino, el yogur, y la mitad del agua. Añade la sal y bate hasta tener una crema. Ajusta con el resto del agua si fuera necesario, hasta darle la textura que prefieras.
Si quieres, puedes colarlo ahora y dejarás una sopa muy fina, pero no es imprescindible.
Llévalo al frigorífico, mejor un par de horas, y sirve muy frío decorado con un hilito de aceite de oliva, un poco de chile rojo y unas hojas de menta. Si te apetece, también le puedes poner unas bolitas de mozzarela, y un poco de tomate en dados.


Galletas de mantequilla de cacahuete sin gluten

julio 07, 2021

Buscando más opciones gluten free, hoy le llega el turno a una receta de galletas muy particular. No son unas galletas dulces, pero tampoco saladas. Tienen el regusto del sésamo y la mantequilla de cacahuete, y se deshacen en la boca, como si fueran galletas de mantequilla. A fin de cuentas, la de cacahuete hace las veces de mantequilla pura en esta receta, así que no es de extrañar. Al tostarse en el horno, con el sésamo, les queda un sabor intenso y muy característico, que tienes que probar sin falta. Yo no sé si es que al no acertar a definir el sabor tuve que probarlas una u otra vez, o si es la mezcla de los frutos secos, la sal, y el sésamo, pero empiezas a comerlas y no puedes parar. Te gustarán más si no eres amante del dulce muy dulce, porque no son unas galletas particularmente dulces. Como te digo, unas galletas muy especiales que te encantará probar. 

Yo te recomiendo que hagas una hornada y las guardes en una caja metálica de galletas, hasta una semana, o incluso que las congeles y saques solo las que vayas a necesitar en el momento.

Galletas de mantequilla de cacahuete

Ingredientes

100 g de mantequilla de cacahuete
95 g de sirope de arce o miel
1/2 cdta de pasta de vainilla
1/4 de cdta de levadura de repostería
Una pizca de sal
100 g de harina de almendra 
3 cdtas de semillas de sésamo blanco
2 cdtas de semillas de sésamo negro o semillas de amapola

Preparación

Mezcla en un bol todos los ingredientes excepto las semillas de sésamo, y forma una masa. Pon en un plato los dos tipos de semillas, y mézclalas. Coge una cucharada de la masa, forma una bolita, pásala por las semillas, y ponla en una bandeja de horno preparada con papel de hornear o una hoja de silicona. Aplástala con la palma de la mano o la base de un vaso, para dejar una galleta plana. 
Lleva al frigorífico media hora. 
Precalienta el horno a 180º y hornea las galletas 8 minutos, o hasta que estén ligeramente tostadas en los bordes. Al sacarlas del horno, deja reposar en la bandeja 10 minutos para que cojan consistencia, y termina de enfriar por completo en una rejilla, antes de servir.


 

Bol de desayuno con peras

junio 18, 2021

Desayunos de verano, fresquitos, perezosos y disfrutones. O desayunos de fin de semana, o de cuando buenamente te dé la gana. Este post de hoy no es una receta, sino una idea para recordar cuando te apetezca un buen desayuno, completo, perfecto, sabroso y disfrutón. 

Porque después de esto, ya pueden echar lo que sea, que tú ya has empezado el día de la mejor manera posible. 

Bol de desayuno con peras

Ingredientes (para 2 personas)

2 Peras
300 gr de yogur
Granola (puedes usarla casera, esta es mi receta)
Opcional, para servir: miel, sirope, semillas de amapola
Medio limón

Preparación
Prepara los boles con el yogur a tu gusto (endulza o no según prefieras), pon las peras cortadas en láminas. Para que no oscurezcan, ponlas en un recipiente con el zumo de medio limón y agua fría mientras terminas de cortarlas todas. Déjalas sumergidas hasta el momento de usarlas y sécalas con papel de cocina. Añade la granola, y si quieres, la miel, y sirve inmediatamente.

Pan trenzado de pesto

junio 09, 2021
Esta de hoy es la receta de "haz tu pesto casero, y disfrútalo con un buen trozo de pan", o, directamente, mejor ponlo de relleno en el pan y así te zampas las dos cosas al mismo tiempo. 
Hacer pesto en casa es lo más fácil del mundo. Mi principal problema aquí a la hora de poner la receta va a ser que soy incapaz de daros cantidades y que esta es una de esas recetas "chorroporciento" y "ojimetría pura" que tanto odias cuando no tienes experiencia en la cocina, o no has probado una receta. Yo desde luego, odio cuando leo una receta en la que se pide eso tan de abuela española de "harina la que admita". Esas explicaciones son buenas para apuntar las cantidades en una receta que has hecho con alguien , o que has visto hacer  (es decir, la típica receta de abuela cuando te explica cómo hace ella algo. Si estás con ella y ves la consistencia que tiene que tener la masa, entonces tiene sentido ese "la que admita... para quedar con esta textura", que es la otra parte que siempre se les olvida decirte). Pero cuando quieres que sea algo reproducible, esas omisiones, y esos sobre entendidos son el seguro del desastre. Leyendo libros de recetas de todo el mundo me he dado cuenta de cuánto se puede mejorar esto. PERO... esa es una discusión para otro día, que divago.
Volvamos al pesto. Mi problema es que yo empecé a hacer pesto casero partiendo de la receta de la cuchara de plata, que es básicamente la biblia de la cocina italiana. 
Y lo hice con esa receta varias veces, y no me gustó demasiado. Tenía mimbres, pero a mí, personalmente, no me parecía bueno. Y no me entendáis mal. Seguro que la receta es perfecta, pero ni las hojas de albahaca que yo pongo serán del tamaño o del sabor adecuado, y seguramente lo mismo con el resto de los ingredientes. Pero sea como sea, lo que hice las siguientes veces fue partir de esa receta y ajustarlo a ojo (o a base de probar cada poco) hasta conseguir el sabor y la textura que me gustan. Dicho esto, te recomiendo que hagas lo mismo, porque si no, te quedará un pesto muy canónico, pero no necesariamente bueno. Usa esta receta como punto de partida, pero prueba, prueba, y prueba, y añadele más albahaca, o más Parmesano, o más piñones, o más aceite, en fin, lo que el instinto y el paladar -que nunca engaña- te vaya diciendo. Al final se trata de que esté a tu gusto. Y si al principio no te sale perfecto, prueba la siguiente vez y anota los cambios que has hecho cuando te ha gustado más y ya verás que tampoco es misión imposible. 
La otra parte de la receta es hacer una masa de pan por método directo, es decir, sin masa madre ni levados prolongados. Unes las dos cosas y tienes un pan que da mucho juego en un picnic o para compartir y comer con embutidos, quesos, e incluso alguna mermelada de frutos rojos. 
Lo hagas como lo hagas, espero que te guste. Y que la receta del pesto te sirva como punto de partida para tu propia receta magistral, que acabarás pasándole a tus nietas al hispánico grito de "ya como tú lo veas".
Pan trenzado de pesto
Ingredientes
500 gramos de harina de fuerza
300 gramos de agua
8 gramos de levadura de panadería seca
8 gramos de sal
 
Pesto genovés 
25 hojas de albahaca fresca
125 ml aceite de oliva virgen extra
40 g de piñones
150 g de parmesano, recién rallado
Sal
 

Preparación
Pon todos los ingredientes del pan en la cubeta de la amasadora y amasa con el gancho amasador unos 5 a 10 minutos, hasta tener una masa elástica y manejable. Si lo haces a mano, mezcla la harina con la sal y la levadura, haz un volcán en la mesa de trabajo, vierte el agua poco a poco y ve integrando la harina hasta tener una masa. Amasa hasta conseguir una masa suave y elástica, que no se pegue a las manos. Deja reposar la masa en un bol ligeramente engrasado con aceite de oliva hasta que doble su tamaño.
Prepara dos moldes de pan, engrasándolos muy bien con aceite de oliva. 
Una vez haya doblado el volumen, desgasifica la masa, y forma un rectángulo. Aplánalo con el rodillo hasta tener una superficie homogénea y rectangular de un grosor de medio centímetro aproximadamente.  Pon el pesto sobre esta superficie y extiéndelo bien en una capa muy fina. Enrolla el rectángulo por la parte más larga, apretando bien la masa en cada vuelta para que coja estructura. Deja el cierre en la parte de abajo. 
Con una rasqueta de pan, corta en dos el rollo de masa con el pesto. Cada uno será una de las barras finales.
Con un cuchillo de hoja larga, haz un corte longitudinal en cada rollo, de manera que te queden dos partes iguales a lo largo. Las capas de masa y de relleno quedarán a la vista. Yo no llegué con el corte hasta abajo en uno de los lados, para que la trenza no se desmonte más de lo necesario, pero puedes hacerlo si quieres. Pasa un cabo sobre el otro y pon la trenza en el molde previamente engrasado, escondiendo las puntas bajo el pan para que los finales queden bien al volver a levar. Deja reposar de nuevo hasta que vuelva a duplicar su volumen. Una vez ha hecho el segundo levado, lleva al horno precalentado a 180 grados unos 25 minutos, o hasta que se tueste por arriba y por debajo suene hueco al golpear con los nudillos. 
 
 
Pesto genovés
Pon las hojas de albahaca en el procesador de alimentos con el aceite de oliva, los piñones y una pizca de sal. Procesa a velocidad media, añade el queso, procesa de nuevo y rectifica de sal si fuera necesario.


Ensalada fría de patata

junio 03, 2021

La ensaladilla rusa, igual que la tortilla de patatas o la paella, se hace en todas las casas y en todas es igual, porque en todas es diferente. En cada casa se le añaden o se le quitan cosas, se reduce la patata a puré o se deja consistente, se le pone huevo cocido, o pimientos, o pepinillos en vinagre. Y podría seguir, pero creo que os hacéis una idea.
Lo cierto es que la hagas como la hagas, todas las ensaladillas saben mejor en verano directamente de la nevera. Nunca he entendido por qué la llamamos ensaladilla rusa, o por qué es tan diferente de una ensalada de patatas alemana, cuando en teoría, la base es tan parecida.
Pero la hagas como la hagas, y te surjan o no dudas existenciales al pensar en ella, seguro que tienes una opción favorita.
Yo la hago en varias versiones, que dependen, básicamente, de lo que tenga a mano en casa y en la nevera, o de las preferencias de quien la vaya a comer. Esta de hoy no es la versión habitual, pero es otra idea igual de rica. Sobre un poco de pan, a modo de pincho, entra todavía mejor, y con una cervecita fría al borde de la piscina, en la playa o en una terraza, ya ni te cuento.
Yo de momento, me lo tengo que imaginar. No sabéis las ganas de pasar calor que tengo. La distancia con el COVID se está haciendo demasiada. Así que, quejaos todo lo que queráis, pero disfrutad del calorazo del verano por vosotros y por los que no sabemos cuándo vamos a poder volver por allá.
Ensalada fría de patata
Ingredientes
2-3 patatas (450 g)
2 zanahorias
2 huevos
20 aceitunas negras
3 cucharadas de guisantes en conserva
4 pepinillos en vinagre
Salsa mayonesa al gusto
2 -3 cucharadas de mostaza a la antigua (opocional)
Sal
  
Preparación

Pon las patatas (limpias y con piel) a cocer a fuego suave en una cazuela con agua fría. Pela las zanahorias y añádelas. Déjalas cocer durante 20 minutos. A los 20 minutos de cocción,introduce los huevos, sal y deja cocer durante 10 minutos más. (el tiempo dependerá mucho del tipo de patata, presta atención para que no se deshaga y ajusta los tiempos).
Escurre el agua, deja que se temple todo. Reserva las zanahorias en un plato y pela las patatas y el huevo. Pica la patata, el huevo y la zanahoria en daditos. Corta las aceitunas en rodajas y pica en dados los pepinillos. 
Pon la patata, el huevo, la zanahoria y las aceitunas en un cuenco grande, agrega los guisantes e incorpora la mayonesa y mezcla suavemente. Opcionalmente, a mí me gusta mucho añadirle un par de cucharadas de mostaza a la antigua a la mayonesa. Prueba, pon a punto de sal y sirve.

Carpaccio de rábanos

mayo 25, 2021
No puede ser más fácil, más rápido ni más fresquito. A veces, me pongo estupenda y en lugar de hacer una simple ensalada de rabanitos, los paso por la mandolina, y me marco este carpaccio, que en realidad, funciona con un montón de otras hortalizas y verduras (calabacín, pepino, zanahorias, champiñones... sigue tú con la lista y añade lo que más te guste). Pero es que sólo cambiando la forma en la que cortas o presentas los mismos productos, cambian del todo. 
Los rabanitos no me vuelven loca, pero así quedan tan chulos que hasta me dan más ganas de comerlos que normalmente. 

Carpaccio de rábanos
 
Ingredientes
Un manojo de rabanos
Zumo de 1 limón
1 dl de aceite de oliva virgen extra
1 cucharada de vinagre de sidra
1 cucharada de mostaza de Dijon
1 cucharadita de miel 
Sal marina gruesa o escamas de sal
Eneldo
 
Preparación
Lava bien los rábanos (no los vamos a pelar, así que sé escrupolosa con este paso) y sécalos con un paño de cocina o con papel absorbente. 
Córtalos en rodajas lo más finas que puedas, bien a cuchillo, o con una mandolina. Extiende el rábano cortado sobre el plato en el que lo vayas a servir y rocía con el zumo de limón. 
Prepara una vinagreta emulsionando el aceite, vinagre, la mostaza y la miel. Prueba y rectifica de sazón si es necesario, y reserva. 
Añade escamas de sal y eneldo fresco y sirve inmediatamente con la vinagreta aparte.

Tarta de tres leches

mayo 18, 2021
Hace años que esta tarta está circulando por las redes. Es un postre muy popular sobre todo en Latinoamerica, y hace unos años hubo un tiempo en que veías versiones de esta tarta por todas partes. Yo entonces no llegué a probarla. Pero encontré una versión reciente en una revista de cocina (australiana, para más señas) y  fue entonces cuando decidí que tenía que probarla de una vez, y hacer mi propia versión. 
La verdad es que en su día me pareció un poco engorroso. Nunca llegué a prestarle atención a la elaboración, pero lo de tener que hacerla de un día para otro, las leches, y demás, me daba mucha pereza. Además, tenía la impresión de que iba a ser uno de esos postres superdulces que no me emocionan. Pero cuando me paré a ver esta receta que te digo, de pronto sumé dos y dos. Entendí que se trataba de un bizcocho genovesa clásico (bueno, dejémosles que añadan levadura) calado con la mezlca de las leches en lugar de con almíbar, y luego cubierto de una crema. En muchas versiones lo he visto cubierto de merengue. Pero una vez que me paré y vi de qué se trataba, decidí que iba a hacer una tarta a mi gusto, es decir: dulce, sin empalagar, y con una cobertura más apetecible, porque en casa no somos amantes del merengue. 
Así que esta no es la tarta clásica, sino mi versión de esta tarta tan popular. Y es la primera que pruebo. Ahora no tengo amigos latinos cerca que me hayan enseñado cómo la hacen ellos. Pero sin haber probado versiones la versión original, te puedo decir que ésta es una de las mejores tartas que he hecho nunca. 
El resultado es un bizcocho jugoso y lleno de sabor, tan húmedo que casi recuerda a un flan de todo el líquido que absorbe. La cobertura de la nata y la acidez de la fruta de la pasión lo complementan a la perfección. Y frío directamente de la nevera es una verdadera pasada. Así que ni idea de si esta versión se parece o no a la original. Para mí es una auténtica ganadora. El comentario de mis beta testers fue que iba a tener que esforzarme para que las fotos le hicieran justicia. Y no estoy segura de haberlo conseguido.
 
Tarta de tres leches 
Para el bizcocho
4 huevos grandes (claras y yemas separadas)
1 pizca de sal
120 g de azúcar
1/2 cdta de vainilla
140 g de harina de repostería (mira en las notas si quieres hacer una versión sin gluten)
 
Para bañar la tarta
1 lata de leche condensada (397ml)
1 bote de leche evaporada (170ml)
1 vaso de leche entera (250ml)

Para la cobertura
400 g de nata para montar (35% m/g mínimo)
80 g de azúcar glas (azúcar en polvo)
2 o 3 piezas de maracuyá o fruta de la pasión 
 
Preparacion
Precalienta el horno a 180 º. 
Prepara un molde  de 20 cm con papel de horno y reserva. 
Separa las claras y las yemas. Monta las claras con la pizca de sal y la mitad del azúcar a punto de nieve fuerte. 
En un bol grande, pon las  yemas con la vainilla y el resto del azúcar y bate hasta que blanqueen y tripliquen su volumen. 
Añade a esta mezcla las claras y mézclalas suavemente con la espátula sin bajar la mezcla.
Añade la harina en varias veces, tamizando, para que te quede una masa muy ligera y bien mezclada. Es importante tener cuidado porque esta receta no lleva levadura o polvo de hornear, y el bizcocho solo subirá en el horno con el aire que hayas creado en este paso.
Lleva al horno precalentado a 180 y hornea unos 20 minutos, o hasta  que el bizcocho esté hecho, comprobando con una brocheta. 
Saca del horno, y pon a enfriar en una rejilla SIN RETIRAR el papel. 
Mientras se templa el bizcocho, pon las tres leches en una jarra grande y mezcla bien. 
Una vez enfriado el bizcocho, ponlo de nuevo en el molde. Haz agujeros son una brocheta por toda la superficie del bizcocho, y vierte la mezcla de leches sobre él, repartiéndola bien, y dejando que empape poco a poco. 
Lleva al frigorífico toda la noche. 
Para servir, monta la nata con el azúcar  a punto fuerte. (Puedes seguir las indicaciones para hacerlo con Kitchen Aid aquí). Saca el bizcocho del molde con cuidado ayudándote del papel de horno, y ponlo en la fuente donde lo vayas a servir. Corta todo el papel que sobresale en este punto, y deja solo la base bajo la tarta. 
Decora con la nata montada y añade unas cucharaditas de pulpa de fruta de la pasión.
 
NOTAS:
  • Puedes hacer una versión sin gluten cambiando la harina por tu mezcla favorita de harinas sin gluten, o bien usando fécula de patata. El bizcocho quedará menos consistente, así que tendrás que reducir las cantidades de líquido para que no colapse al cortarla. Como las cantidades son las habituales de una lata entera, haz la mezcla de las leches como indica la receta en una jarra medidora y una vez meclada, quítale entre un 20 y un 25%. 
  • Si prefieres ir sobre seguro, puedes usar harina con levadura incorporada, o añadir media cucharadita de levadura de pastelería a la harina. 
  • Puedes sustituir la fruta de la pasión por otras frutas (granada, kiwi, fresas, frambuesas) o por un poco de mermelada, mejor si es de frutas algo ácidas para que contraste con la nata y la tarta. 
  • Esta tarta suele servirse con merengue en lugar de nata.

Espárragos verdes salteados con piñones

mayo 04, 2021

Esta receta no es una receta. Esta entrada es una celebración de la primavera y de lo que me gustan a mí los espárragos verdes.

En un mundo en el que tenemos en el supermercado las mismas frutas exóticas todo el año, en el que me cuesta 79 peniques una piña que viene desde Costa Rica y donde los pepinos son orgánicos, pero vienen cubiertos de plástico, en este mundo loco, me tengo que recordar que hay frutas y verduras de estación, y que aunque aquí no se produzca casi nada y tengamos que importar casi todos los productos frescos, esto es una auténtica aberración se mire como se mire.

Así que sin saber ya qué es de temporada y qué no, porque la realidad se ha vuelto flexible y líquida, a golpe de invernadero y transporte transatlántico, decidí que iba a empeñarme en traer un poco de primavera a mi plato. Que estamos en Mayo, pero aquí seguimos peladillos de frío, y lo de las estaciones parece más orientativo que descriptivo.

Pero bueno, después de la pataleta por lo loco que está este mundo, cuando compro espárragos siempre me sacan una sonrisa. Me saben a primavera, y a verdura fresca, y a buen tiempo, y a colores brillantes. Aunque sean raquíticos y necesites un buen manojo para probarlos.

Y como en casa soy yo la única que les hace aprecio, pues me los preparo como me apetece. Esta vez, salteados con poca cosa, pero la mar de ricos. Os dejo dejabo la idea, porque tampoco es que a esto se le pueda llamar receta. 

Feliz primavera.


Espárragos verdes salteados con piñones

Ingredientes


20 gramos de piñones
1 cda de aceite de oliva extra virgen
250 gr de espárragos verdes
1 diente de ajo fileteado
Una pizca de chile en escamas
1/2 limón
 

Preparación

En una sartén, calienta el aceite de oliva a fuego medio, añade los espárragos, y sazona con una pizca de sal. Saltea un par de minutos, moviendo la sartén, para que se hagan uniformemente. Añade el ajo y el chile y fríe unos minutos más, hasta que el ajo se tueste ligeramente y los espárragos estén tiernos. Rocía con un poco de zumo de limón, y pon en el plato de servir. Añade los piñones. Puedes añadir unas lascas de parmesano o unas anchoas en el momento de servirlos. 
NOTA: Si los espárragos son gruesos, escáldalos un par de minutos en agua hirviendo para que no queden duros y leñosos en la plancha. 
 
 
 


Tiramisú sin gluten -Savoiardi sin gluten

abril 27, 2021
Para una fan absoluta del tiramisú como yo, las últimas veces que lo hicimos en casa han sido una pequeña tortura. Tampoco es que estemos haciéndolo a todas horas. De hecho, es de esos postres que lo hacemos lo justo para cogerlo siempre a deseo. Pero en los últimos tiempos, nuestra historia de amor (y digo nuestra porque ahora toda la familia me ha seguido en este camino) se ha ido sofisticando hasta niveles desconocidos previamente en esta casa.
El primer cambio fue cuando mi hija pasó de ser la ayudante a hacerlo totalmente sola y sin ninguna ayuda o supervisión. A eso se le unió que mi otra hija todavía no toma café, y ya llevábamos una temporada haciéndole a ella un par de raciones con Cola Cao. Sí, totalmente heterodoxo, pero a ella la crema que hacemos le encanta y los bizcochos también. Esa fue la forma de que ella también sucumbiera al idilio familiar. Y el tercer giro de tuerca fue cuando alguien me dijo que el tiramisú lo congelaba y lo probamos nosotros también. Y se puede congelar, os lo aseguro, y ya no sabemos si nos gusta más descongelado o directamente como si fuera una tarta helada.
Así que en esas estábamos y las últimas veces había tenido que pasar porque solía comprar los bizcochos comerciales. Hasta que me crucé con una receta perfecta para hacer los savoiardi, bizcochos de soletilla o ladyfingers (llámalos como prefieras) sin gluten. Y es una receta tan buena que funciona de maravilla tanto en cuanto al sabor como en cuanto a la textura. Nadie diría que son bizcochos sin gluten. Son ligeros, suaves como una nube, y perfectos para absorber el café que necesitas para tu tiramisú.
Nuestra receta sigue siendo la misma que usamos siempre en casa, herencia de una amiga que vivió muchos años en Roma, y que por supuesto NO lleva nata. La he publicado varias veces, y os la dejo de nuevo abajo. La novedad, esta vez, es que los bizcochos ahora sin gluten me dejan a mí seguir con nuestra historia de amor con este postre clásico y perfecto.  ¿Quién soy yo para ponerle trabas al amor verdadero?
Bizcochos savoiardi sin gluten -tiramisú gluten free, parte I-

Ingredientes

3 huevos, claras y yemas separadas
120 gr de azúcar (mejor granulado fino)
140 gr de harina sin gluten
10 gr de harina de maíz (Maizena)
1 cdta de levadura de repostería
¼ cdta de goma xantana
 

Para espolvorear    
50 gr de azúcar granulado
30 gr de azúcar glas

Preparación

Precalienta el horno a 170º y prepara dos bandejas con láminas de hornear reutilizables o papel de hornear.
Con una batidora de varillas o el robot de cocina con el globo batidor, levanta las claras a punto de nieve con la mitad del azúcar, batiendo a velocidad rápida unos 4- 5 minutos.
En otro bol, bate las yemas con el resto del azúcar, hasta que la mezcla ligue ligeramente y haga una crema (2-3 minutos).
Mezcla suavemente las yemas y las claras con una espátula, haciendo movimientos envolventes, con cuidado de no bajar las claras.
Tamiza la harina sin gluten, la harina de maíz, la levadura y la goma xantana sobre esta masa y mezcla hasta que se integre y no queden grumos de harina.
Pon la mezcla en una manga pastelera con una boquilla redonda (yo he usado una P6) y haz tiras en las bandejas, de unos 2 cm de ancho por 10 de largo, aproximadamente. Deja un par de centímetros entre cada bizcocho.
Mezcla los dos azúcares y espolvorea generosamente justo antes de llevarlos al horno.
Hornea una bandeja cada vez, unos 20 a 24 minutos, hasta que suban, se resquebrajen ligeramente en la superficie y se tuesten. Saca del horno y deja enfriar completamente en la bandeja antes de retirarlos. Esto hará que se despeguen sin problemas.
Tiramisú sin gluten
 
Ingredientes
200 gramos de bizcochos de soletilla o savoiardi sin gluten (receta arriba)
500 gramos de queso mascarpone
Cacao en polvo
130 gramos de azúcar
4 huevos (separando yemas y claras)
3 cucharadas de coñac (opcional)
1 vaso de café muy fuerte
1 pizca de sal

Preparación

Separar las yemas de las claras. En un recipiente grande, batir las yemas con el azúcar hasta que blanqueen y la mezcla quede esponjosa. Añadir el mascarpone y batir bien.
Montar las claras a punto de nieve con una pizca de sal, hasta que queden muy consistentes. Incorporarles la crema de mascarpone con una espátula, intentado bajar las claras lo menos posible.
Mezclar el café y el coñac y mojar los bizcochos uno a uno en la mezcla. Cubrir el fondo de una fuente honda o de tarros individuales (en este caso desmigarlos bien). Verter un poco de la mezcla de café y coñac por encima y extender sobre los bizcochos la mitad de la crema de mascarpone. Cubrir con una nueva capa de bizcochos y acabar con el resto de la crema en otra capa. Poner en el frigorífico al menos 3 horas (mejor toda la noche) o como mínimo 40 minutos en el congelador.
Justo antes de servir, espolvorear con cacao o chocolate en polvo.


Galletas sin gluten con coco y anacardos

marzo 10, 2021
Toma, toma y toma! Pedazo de combinación. Suena raro, pero aunque no te lo creas, he tenido que dejar de hacer estas galletas porque me las zampaba de una sentada. 

Igual el problema no son las galletas, y soy yo, que no tengo medida cuando algo me gusta. Que creo que va a ser esto, la verdad. 

Hace unos meses que, por motivos que no vienen al caso, he eliminado el gluten de mi alimentación. Y si me ha costado renunciar al pan y a la pasta, lo que yo no esperaba es que se me hiciera tan cuesta arriba dejar de hacer repostería. Y no es que me comiera o hiciera para mí todo lo que publico. Pero este blog ha sido mi hobby durante la última década por algo. Cocinar me gusta, pero lo que de verdad me encanta es hacer repostería, sobre todo masas levadas. Y eso, que es algo evidente para cualquiera que eche un vistazo a este blog, se ha hecho dolorosamente patente una vez que he empezado a cambiar algunos de mis hábitos. 

Estas galletas son de hace unos meses. Entonces,  estaba buscando unas galletas sin gluten para tener algo que tomar con el café porque un par que había probado comerciales no me gustaron nada; y curioseando por libros especializados en recetas sin gluten di con estas y me encantaron. Las he repetido varias veces, y no sólo a mí, sino a toda la familia, nos han encantado. Como para no gustarnos. Cuando veas los ingredientes y sobre todo, si las pruebas, verás de lo que hablo. 

Desde entonces, no es que no las haya vuelto a hacer porque sean una bomba (que lo son), es que en este tiempo, además, he dejado de tomar café y últimamente también los lácteos, así que la idea del café con la galleta ha pasado a mejor vida, al menos de momento, y por una temporada que se me antoja bastante larga. 

Ya os iré contado, si os interesa, cómo van estos cambios y qué cosas voy descubriendo e incorporando o elminando y modificando. 

Por el momento, vais a seguir viendo una mezcla bastante ecléctica de recetas y platos que se habían quedado sin publicar de hace un tiempo, algunos otros que preparo para quitarme el mono de hacer repostería mi familia,  y mis propios nuevos experimentos mientras los voy haciendo. 

En el blog siempre he publicado las cosas que he hecho yo y que comemos luego todos en casa. De hecho, si no publico más platos principales es porque las sesiones de fotos lo complican demasiado. Y ahora estoy en un punto en el que mi alimentación está cambiando, así que este cuaderno de recetas, irá reflejando esas diferencias. 

Hoy os dejo con estas galletas que por mucho que no tengan gluten tienen una de calorías entre el coco y los frutos secos que asustan. Ricas, están muy ricas, pero mejor si las tomas de forma muy excepcional, como toda la repostería.

Galletas sin gluten, con coco y anarcados 

125 gr mantequilla ablandada
180 gr de azúcar moreno
1 huevo 
140 gramos de anacardos, picados
200 gr de harina sin gluten con levadura incorporada
1 cdta de goma xantana 
50 gr de coco rallado 
1 cdta de extracto de vainilla

Preparación

Precalienta el horno a 180 y prepara dos bandejas con papel de hornear. Bate con la batidora o robot de cocina (varillas)  la mantequilla con el azúcar hasta que la mezcla esté ligera y cremosa. Añade el huevo y bate de nuevo. Incorpora el resto de los ingredientes y mezcla con suavidad. Pon la mezcla en una superficie ligeramente enharinada y divide en 16 porciones. Forma una bolita con cada porción, ponla en la bandeja, y presiona con la palma de la mano hasta que tenga un grosor de un centímetro aproximadamente. Lleva al horno precalentado y hornea unos 12 minutos.




 
Copyright © Tengo un horno y sé cómo usarlo. Diseñado con por Las Cosas de Maite