Bundt de chocolate

He llamado bundt a este bizcocho porque me parece la forma mas sencilla de que nos entendamos. Pero mi abuela llamó a estos bizcochos, toda la vida "roscones". Ni bizcochos, ni roscos, ni charlotas. Roscones. Que no eran tampoco roscones de Reyes, no te confundas. Cuando mi abuela te decía que había hecho roscón, ya sabías qué esperar. Un bizcocho tierno y jugoso con esta forma. 
No recuerdo la última vez que me había acordado de esto. Hace mil años, la verdad. 
De mis dos abuelas, ésta era más menuda, buena cocinera, mejor costurera y con una mano legendaria para las plantas. También tenía la manía de ofrecerte siempre algo para tomar cuando ibas a verla, hasta el punto de tomarse como una ofensa personal si no le aceptabas unas pastas o unas galletas. 
Pero sus roscones los recuerdo de antes, de cuando ella estaba más ágil, y nosotros éramos más pequeños, y vivíamos en el piso de arriba y merendábamos en su casa después del cole, y ella luego subía a ver la tele después de cenar a nuestra casa, cuando nosotros habíamos comprado una tele en color y ella todavía no. 
Acabo de marcarme un "Cuéntame" en un segundo, casi sin darme cuenta. Mira si será historia antigua esto, que dejamos de vivir en aquella casa cuando yo tenia unos siete años. Y anda que ha llovido desde entonces!
Hacía años que me acordaba de nada de todo esto. Pero al ver estas fotos he pensado en el roscón de chocolate y otra vez la comida ha tirado de historia y de emociones y me ha devuelto a mis siete años, a su casa, a la mesa donde cortaba las telas con su tiza de sastre, a verla dormida echando la siesta frente a la tele, a sus modales y sus pastitas. 
Lo que ha dado de sí este roscón de chocolate.
Bundt de chocolate con cobertura de chocolate
 
Ingredientes
230 grs de mantequilla 
270 grs de harina
300 grs de azúcar
4 huevos grandes
75 grs de cacao en polvo 
1 cdta de extracto de vainilla
120 ml de leche entera
120 ml de nata
1 cdta de bicarbonato sódico
1 cdta de sal
 
Preparación
Precalentar el horno a 170º y engrasar bien un molde de bundt. En un bol mezclar la harina, el cacao, el bicarbonato y la sal. Mezclar la leche y la nata en un bol. Con la batidora eléctrica y a velocidad media/alta, batir la mantequilla y el azúcar hasta obtener una mezcla blanquecina y esponjosa.   
Añadir los huevos de uno en uno batiendo bien después de cada adición e incorporar también la vainilla.Reducir a velocidad baja y añadir la mezcla de harina en dos tandas alternando con la mezcla de leche, empezando y acabando con la harina.
Verter la masa en el molde y alisar la superficie con una espátula.
Hornear durante aproximadamente 55 minutos o hasta que al insertar una brocheta salga limpia. Trasladar a una rejilla y dejar que se enfríe antes de desmoldarlo.

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2 comentarios

  1. ¡Oh, Macu! El roscón de tu abuela, me ha robado el corazón, ya me conoces y sabes que allá donde haya una receta con una historia bonita detrás, no puedo resistirme. Yo que soy tan de contar mis recuerdos, no por añoranza, ni por que la vida ahora no me regale bonitas histórialas, sino porque en las de antaño, están esas cosas bonitas que queremos transmitir en cada receta, y tú hoy lo has clavado, desde la primera imagen hasta el continuará, porque espero que esto no sea un punto y final, y nos vuelcas a regalar tus bonitos recuerdos, donde me he sentido como en mi casa.
    Por cierto que en mi casa a este tipo de bizcochos los hemos llamado toda la vida bizcocho corona, y yo lo sigo haciendo, de hecho me resisto a deshacerme de mi viejo molde, que tiene casi cuarenta años, y aún tiene muchas delicias que hornear. Espero que la próxima sea tu receta, porque me la llevo con gusto.
    Ha sido un placer venir a leerte. Besos.

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  2. Mil gracias, Concha. No sabes cómo te lo agradezco. La verdad es que hice este bizcocho porque tenía la foto en la cabeza, quería hacer esta imagen. Y solo me acordé de mi abuela y de sus roscones cuando fui a escribir la entrada del post. Porque los suyos no era de chocolate, eran bizcochos sencillos de vainilla, sin ninguna historia. Pero me volví a acordar de esas tardes en su casa, y de ese trocito de infancia que hacía siglos que no me venía a la cabeza. Este molde que he usado no tiene la solera del tuyo, ojalá llegue a tanto. Guárdalo y disfrutalo, que lo merece. Un fuerte abrazo. M

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