Ensalada Niçoise (o ensalada con atún fresco)

julio 28, 2010

Hace unos días mi amiga D. estuvo cenando en casa. Yo no tenía nada preparado, solo quería pasar un rato agradable con ella, charlar, charlar, y ¿he dicho ya charlar? Tenemos mucho peligro cuando empezamos. Así que la cena era lo de menos, pero cuando le preparé esta ensalada le pareció fantástica y la alabó tanto que pensé que tenía que darle su lugar aquí y compartirla con vosotros. La verdad es que en verano a mí casi todas las ensaladas me parecen maravillosas, pero si además aprovechas la temporada del atún y le pones un buen corte de atún fresco a la plancha (no te digo ya si puedes hacerlo en la barbacoa y servirlo directamente desde ahí), se convierte en esta ensalada que, como todas, admite miles de variantes, es un plato único ligero y sabroso, y de lo más apetecible. Alternativamente, también da muy buen resultado tener unos filetes de atún en el congelador para esta y otras preparaciones. Claro que no es lo mismo, pero... resulta muy útil tener un plan B (traducir en este caso por: un congelador bien surtido). Y como acababa de hacer el tapenade casero, le puse la gracia a la vinagreta con él.


Ensalada Niçoise 
Ingredientes ( por persona)

Lechugas variadas
1 tomate maduro
1 huevo cocido
Unas aceitunas negras
1 filete de lomo atún fresco de ración
Aceite
Sal
Pimienta
Vinagre
Paté de aceitunas negras (tapenade o salsa olivada)

Poner en un plato llano y grande un lecho de lechuga y salpimentar. Poner encima el tomate cortado en trozos mediados, el huevo duro en octavos, y repartir las aceitunas negras. Asar el atún a la parrilla a fuego medio-alto, para que se tueste por fuera, pero no se haga demasiado. (Si puede ser en una barbacoa, aún mejor) Salpimentar y  poner sobre la ensalada.
Hacer una vinagreta con 3 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra, 1 cucharada de vinagre de vino, y 2 cuharadas de olivada (sí, es la receta anterior, pero es que da un resultado espectacular así). Emulsionar y repartir sobre la ensalada.


Tapenade (Paté de aceitunas)

julio 26, 2010


Esta crema de aceitunas es un clásico que a menudo solía envasada. Y no sé bién por qué, porque realmente se hace en un minuto y haciéndola en casa se controla mejor la proporción de los ingredientes, los aditivos y demás. 
Supongo que mi pasión por las aceitunas negras me viene de mi abuela Mª L. Sin venir a cuento, cuando iba con mis hermanos a verla a su casa, sacaba un bote de aceitunas negras y una barra de pan, y empezaba a hacer bromas y contar chistes, y jugar con nosotros. Así que  para cuando parábamos de reír habíamos terminado con las aceitunas y el pan, y nos pedía que no se lo dijésemos a mi madre, porque luego en casa no comíamos. Y no tenía que pedirlo mucho, porque mi hermano tenía una capacidad sin igual de comer todo lo que se le pusiera por delante sin empacharse. Estaba claro que debía de ser por mí, que perdía el apetito con la mirada. Igualito, igualito que ahora.... si ella pudiera verme!

Tapenade 

Ingredientes (para aproximadamente 250 gramos de paté)
200 gramos de aceitunas negras deshuesadas (de Aragón, u otra variedad similar con sabor)
1/2 diente de ajo
Tomillo
Romero
(*Opcional: 3 filetes de anchoa en aceite (escurridos)
Aceite

Preparación
Poner todos los ingredientes en el vaso de la batidora salvo el aceite, y batir hasta conseguir una pasta.   Añadir el aceite para ligarlo, pero si batirlo en exceso: se trata de lograr una consistencia granulada, no cremosa. Rectificar las hierbas si fuera necesario y la sal si no se han puesto anchoas (o el ajo o las anchoas al gusto). Servir como aperitivo acompañado de pan rústico tostado, o con pan de pita, como en la foto, solo o combinado con queso, salmón ahumado, etc.  A mí me encanta añadir un par de cucharadas de esta crema cuando es casera a las vinagretas para darles un punto inconfundible.

PASTELITOS DE POLENTA CON MELOCOTÓN

julio 24, 2010

Es invierno en Nueva Zelanda. 
Sí, ya sé que no descubro nada nuevo, pero para nuestra visión del mundo del hemisferio norte, resulta exótico pasar frío en julio y celebrar la Navidad en la playa. ¿Y por qué Nueva Zelanda? Pues porque hay bloggeras maravillosas, y fotógrafas gastronómicas (daos una vuelta por Flickr y se os hará la boca agua),  y como sigo a unas cuantas veo las cosas tan excepcionales que hacen, pero con el calendario cambiado resulta de lo más extraño. Supongo que a ellas les pasa lo mismo en Argentina, Chile o Australia cuando aquí estamos comiendo ensaladas y ellos llevan abrigo. 
Esto, que no dejaría de ser una obviedad viene a que como sabéis, el infierno tiene que parecerse mucho a encender el horno en mi cocina en pleno julio, y yo estoy sufriendo este verano por no poder usarlo (y mi blog, que como siga así va a tener que ser rebautizado). Así que en este blog fantástico he visto una receta para un día de lluvia, pero que a mí me ha inspirado esta otra que he hecho hoy para un día de verano con amigos sin complicaciones. (Echad un vistazo por su blog. Las fotos son espectaculares.)
No necesita horno si tienes un microondas con grill, es rápida, original, sencilla, y con unas bolas de helado derrite a cualquiera. La clave es utilizar polenta para hacer la base de las tartaletas. La polenta se elabora con harina de maíz, es típicamente italiana, lo que la hace también muy popular en Argentina, pero también es muy usada en otros países mediterráneos (En el supermercado yo la encuentro junto a las harinas y arroces). Con agua y polenta se prepara una papilla de la consistencia deseada a la que se le pueden dar mil usos y cocinar de mil formas. En este caso, se le añade mantequilla y azúcar y se utiliza como base para hacer los pastelillos en lugar de hacerlos con hojaldre u otra masa. Sobre esta base se pone la fruta salteada con mantequilla, azúcar y limón, y se gratina en el grill. A diferencia de la receta original, he usado melocotón  y azúcar moreno en lugar de miel. A mí me ha parecido genial para dejarlas preparadas de antemano y darles un golpe de grill para que caramelicen justo antes de servirlas con unas bolas de helado o mejor, con un sorbete no demasiado dulce: de limón, o mandarina y dejar que se derrita al calor de una buena conversación en la terraza.
¡Y pensar que en alguna parte es invierno!

Pastelitos de polenta con melocotón
Ingrdientes (para 6 a 8 pastelitos)
Para la base de polenta: 
250 ml de leche entera
60 gramos de polenta instantánea
15 gramos de mantequilla (una cucharada sopera)
15 gramos de azúcar moreno (una cucharada sopera)

Para las frutas
2 melocotones amarillos (preferentemente Katherine: su carne es menos dulce que el rojo, pero más firme y es perfecta para estas preparaciones) pelados y cortados en gajos.
15 gramos de mantequilla (una cucharada sopera)
Zumo de limón
30 gramos de azúcar moreno de caña (2 cucharadas soperas)

Preparación
Calentar en un cazo de base gruesa la leche, añadir el azúcar y la polenta. Remover constantemente y añadir la mantequilla. Cuando la polenta espese, (unos 3 minutos en la polenta instantánea que he usado yo) verter la mezcla en 8 moldes individuales de silicona para magdalenas o similar y dejar que enfríe a temperatura ambiente.
Por otra parte, derretir en una sartén a fuego bajo la mantequilla, añadir el azúcar y el limón y poner los trozos de melocotón en ella. Saltear, y dejar al fuego al mínimo unos 8 a 10 minutos con una tapa encima, o hasta que los trozos de fruta están tiernos y los jugos empiezan a caramelizarse. Quitar la tapa y saltear un par de minutos más. Poner los trozos sobre los pastelitos de polenta (si se quiere aún más fácil, se puede usar melocotón en conserva). Gratinar antes de servir con un chorrito de limón y azúcar moreno para que caramelice (un minuto en el grill del microondas).

Caviar de berenjenas y manzana verde

julio 21, 2010


Otro nombre con mucha sonoridad para una receta sencilla, barata y apetecible. Este caviar es en realidad una crema para untar, perfecta sobre un buen pan recién tostado o para mojar con verduras en palitos (zanahorias, apio, coliflor hervida). Si además la comes en medio de uno de estos días de calor infernal, bajo un olivo y mirando al Mediterráneo, la memoria y el paladar se vuelven sencillos y disfrutan con sabores sin complicaciones como estos. Un vino blanco helado, una cerveza bien fría, o un Martini con hielo y ya puede comenzar una comida de tertulia interminable. ¿Es que algo malo puede pasar en un día así? Por si tienes dudas, te recomiendo que visites el blog del que he tomado la base para esta receta: "Un dejeuner de soleil".
Y es que hoy siento esa tendencia de los italianos a adornar la realidad, hasta hacerla tan perfecta que casi es un mito. Pero a veces no puedo evitar pensar que incluso tan destrozada, tan maltratada, esta isla encierra una magia sorda y seca, áspera como los terrones que llenan de polvo los escasos campos de cultivo del interior pero vieja y sabia como los olivos que veo cada día, orgullosos bajo el sol que los quema sin miramientos, y el viento que los obliga a enredarse sobre sí mismos como protegiéndose. Una isla con una belleza tan apabullante que deja indiferentes a sus habitantes, mudos y silenciosos fantasmas que ya no se marean ante la contemplación de lo que en otro tiempo tuvo que parecerse mucho al paraíso. 
Y todo esto por un aperitivo con sabores mediterráneos!


Caviar de berenjenas y manzana verde.

Ingredientes (para unos 300 gramos aproximadamente)
Media berenjena mediana
Media manzana verde grande
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Pimienta
Tomillo, romero, albahaca, mejorana, al gusto

Preparación
Abrir la berenjena por la mitad longitudinalmente, hacer cortes en la pulpa con un cuchillo, en forma de aspas, y poner sal y un chorrito de aceite. Poner al microondas a máxima potencia 4 minutos y comprobar si está asada. Añadir un minuto más si fuera necesario. Dejar enfriar a temperatura ambiente hasta poder manipularla, y extraer la pulpa con una cucharilla. Ponerla en un bol para batidora, junto con la media manzana pelada, sin pepitas y cortada en trozos. Añadir un chorrito de aceite y batir hasta conseguir una pasta de consistencia cremosa. Probar, añadir la pimienta y rectificar de sal si fuera necesario, añadir las hierbas aromáticas, batir de nuevo, y servir. Se puede conservar 2 o 3 días en el frigorífico con una ligera capa de aceite sobre la superficie para preservarla, dentro de un recipiente hermético.

TÉ MATCHA AU LAIT FRAPPE

julio 18, 2010
Uno no debería dejar que este nombre tan elegante le intimidara. Sólo se trata de una variedad de té verde con leche, limón, azúcar y muuuucho hielo para sobrellevar estos calores. No se puede dormir, no se puede cocinar... lo mejor es una bebida helada.
En mi absoluta ignorancia sobre el mundo del té (soy mucho más cafetera, igual que amante del chocolate), apenas logro distinguir un par de variedades. Pero me ha llamado mucho la atención este tipo de té que he descubierto muy recientemente.
Mi primera idea de su existencia fue gracias al maravilloso libro "Chocolate" de Julie Andrieu. Lo he mencionado más veces, pero es que no me canso de repetirlo: es fantástico para un amante del chocolate. Hay una receta con té matcha. La peculiaridad de este té, que luego he sabido que es el que se utiliza en la ceremonia del té japonesa, es que es el único que además de tomarse en infusión, se come. Es un polvo verde intenso que se utiliza en pastelería, y eso me pareció curioso. No me animé, sin embargo, a probarlo hasta hace unos dias, y este es el resultado.

Té matcha au lait frappe

Ingredientes (1 persona)

2 cucharadas de té matcha
Medio vaso de agua mineral hirviendo
azúcar o miel al gusto
1 rodaja de limón o de lima.
Leche.
Hielo picado.



Preparación
Poner el té en una taza y hacer una infusión con el agua durante 2 minutos. Colarlo bien, añadir azúcar o miel, y el limón y verter en un vaso largo lleno de hielo picado. Agregar leche al gusto y tomar inmediatamente. 




HELADO DE YOGUR CON SALSA DE CEREZAS DEL JERTE

julio 13, 2010

Me encanta el helado de yogur. Y pensaba que sería complicado de hacer, sobre todo que sería difícil que tuviera sabor a yogur y no estuviera enmascarado por la leche, la nata o los huevos. Y estoy muy, muy orgullosa de mí misma (qué pudor decir esto, pero cómo me gusta) porque esta es una receta mía, mía, mía. La mayoría de las cosas que hago tienen una parte mía. En casi todas cambio algo, modifico algo, las "personalizo" de alguna manera. Pero, realmente, no se me había ocurrido empezar de cero. Seguramente si hubiera buscado una receta de helado de yogur habría encontrado algo similar a esto, tampoco he descubierto nada especial, pero es la primera vez que lo que estoy aprendiendo me permite empezar y acabar sin soporte externo de ningún tipo. Y ¿qué queréis que os diga? Es un triunfo pequeñito, pero es mi pequeño triunfo.
Y finalizado el autobombo, vamos a lo que importa. Este helado es la base para todas las combinaciones posibles. Su sabor "neutro" a yogur, permite que se le añada chocolate caliente, galletitas o bizcochos en trocitos, fruta fresca, mermeladas de frutas, salsas... en fin, prácticamente todo. Yo aquí le pongo como topping una salsa de cerezas al vino tinto que tenía ganas de probar y que aprovecho para que sea mi contribución al concurso de "Cerezas del Jerte".

Helado de yogur

Ingredientes (para aproximadamente un litro de helado).

Nota: Se pueden reducir las cantidades manteniendo las proporciones, pero no lo recomiendo: desaparecerá enseguida)
500 gramos de yogur griego natural sin azúcar
200 gramos de azúcar
200 ml de nata (al menos 30-35% de materia grasa)
200 ml de leche entera


Preparación
Mezclar los ingredientes con la batidora hasta conseguir una crema homogénea y poner en el congelador. Batir enérgicamente con una cuchara cada dos horas. Si se tiene heladora, la textura mejora. (He dicho ya que este es el próximo aparatito que quiero-deseo-necesito-sin-el-que-no-puedo-vivir- en mi cocina?)



Salsa de cerezas del Jerte al vino tinto

Ingredientes (para 2 o 3 raciones)
200 gramos de Cerezas del Jerte (pesadas en crudo y entreras)
150 ml de buen vino tinto
15 a 20 gramos de azúcar moreno (una cucharada sopera colmada)
Una pizca de jengibre en polvo.
Preparación
Poner en un cazo de base gruesa las cerezas lavadas, deshuesadas y partidas en mitades, con el vino y el azúcar y llevar a ebullición. Cuando comience a hervir, bajar el fuego y cocinar a fuego medio -bajo durante 20 minutos, removiendo con frecuencia. Añadir una pizca de genjibre en polvo, probar de azúcar y rectificar si fuera necesario. Dejar cocer a fuego lento otros 10 a 15 minutos, hasta que las cerezas hayan soltado todo su jugo. Servir el helado y cubrir con esta salsa.



GAZPACHO DE MELÓN CON GAMBAS

julio 08, 2010
Qué calor hace ya, pero qué calor. Tanta, que como la nevera está llena de botellas de todas clases, casi se me había olvidado un melón que compré hace unos días con una pinta buenísima. Y no sé si por falta de atención o por que ya llevaba un tiempo en el frigo, al pobre se le había ido poniendo peor pinta. Y claro, me daba una perecilla abrirlo y comerlo de postre, y no tenía nada como entrante... Así que he decidido probar este gazpacho. Ha quedado más que digno. Es más, seguro que este verano caerá más veces, porque se hace en un momento y es un primer plato fresquito que ahora está en otra botella en mi nevera, pero sin tapar la fruta.
Gazpacho de melón con gambas

Ingredientes (para 4-6 personas)
1/2 melón
200 gramos de gambas
Media cebolla
1 tomate maduro
1 pimiento verde
1 diente de ajo
2 o 3 guindillas 
Aceite
Vinagre
Sal
Una pizca de jengibre en polvo


      Preparación

      Retirar la corteza y las pepitas del melón. Trocearlo y ponerlo en el vaso de la batidora (esta receta queda genial en batidora de vaso) Trocear la cebolla, el pimiento y el tomate y ponerlo todo junto al melón. Batir hasta conseguir una sopa fina. Aliñar con aceite, vinagre y sal al gusto. Espolvorear un poquito de jengibre, mezclar de nuevo y rectificar si hiciera falta. Guardar en el frigorífico unos minutos.
      Por otra parte, poner un par de cucharadas de aceite en una sartén y dorar un par de guindillas en trozos. Saltear las gambas, lo justo para que dejen de estar transparentes. 
      Servir bien frío, en plato hondo, con las gambas en el centro.

      MOUSSE DE CHOCOLATE Y ESPECIAS

      julio 06, 2010

      Ah.... el chocolate! ¿He dicho ya alguna vez cuánto me gusta el chocolate? Hay quien dice que una mujer nunca tiene suficientes pares de zapatos. A esa verdad absoluta hay que añadir otra: ni demasiadas recetas con chocolate.
      Y tras esta aportación a la cultura occidental puedo entrar en cosas menos serias, como esta receta para amantes del chocolate arriesgados. Por aquí no está demasiado extentedido el uso de las especias con el chocolate, pero eso es precisamente lo que hace diferente esta mousse. Se trata de ir probando y de ser muy sutil con las cantidades, porque no tienen que notarse las especias, sino potenciar el sabor del chocolate y sacarle matices que no tendría sin ellas, sin molestar, y dejar que esa espuma fría se deshaga en la boca y te deje con una sonrisa sin explicación en los labios, en un gesto muy parecido a la felicidad.

      Ah, el chocolate. ¿De verdad alguien tiene suficientes recetas?


      Mousse de chocolate y especias

      Ingredientes (para 4 personas)


      100 gramos de chocolate negro ( yo usé 70% cacao, pero se puede usar 55%)
      2 huevos enteros a temperatura ambiente, separando yemas y claras
      1/4 de cucharada de canela molida
      1/4 de cayena en polvo
      Un golpe de nuez moscada
      200 gramos de nata líquida (al menos 30% grasa) muy fría



      Preparación

      Derretir el chocolate cortado en trozos grandes en el microondas o al baño maría hasta que se deshaga. Añadir las yemas y mezclar. Añadir las especias. Agregar la nata y mezclar de nuevo, si es necesario con unas varillas eléctricas.
      Por separado, montar las claras a punto de nieve con una pizca de sal, comenzando a baja velocidad y aumentándola gradualmente. Añadir la mezcla de chocolate mezclando bien con una espátula, pero sin bajar las claras. Repartir la mezla en 4 servicios individuales, llenándolos hasta la mitad y poner en el refrigerador al menos 3 horas. Se le puede añadir un praliné de pistachos preparando poniendo los pistachos limpios sobre una lámina de silicona o sobre el mármol (mucho mejor esto si lo tienes), y con un caramelo hecho con 100 gramos de azúcar moreno y dos cucharadas de agua. Se pone en un cazo a fuego medio y se mantiene entre 5 y 10 minutos, o hasta conseguir un caramelo ligero. Se vierte sobre los pistachos y se deja enfriar por completo. Cortar los trozos y poner sobre la mousse en el momento de servirla.

      HELADO DE ARROZ CON LECHE

      julio 04, 2010



      Definitivamente, es el momento de probar con los helados. J. está entusiasmado con el helado de limón y menta, y he decidido probar este. El arroz con leche es su postre favorito. A mí no me disgusta, pero nunca me ha parecido nada especial. Ayer decidí hacer para él arroz con leche, y con la mitad de la cantidad decidí probar a hacer un helado. Y qué os voy a decir: ¡que ha salido de muerte!
      No tengo demasiados robots de cocina, pero este invierno compré una panificadora. ¿Y a qué viene esto? pues a que además de hacer pan, he descubierto que el arroz con leche sale muy bien en ella, me puedo despreocupar, porque en  el programa de mermelada lo hace todo solita, y no caliento la cocina, ni nada parecido. Así que luego he separado la mitad para J. y el resto lo he puesto en un bol, le he añadido nata y un poco más de azúcar, un toque de canela en polvo, lo he batido bien hasta dejar una crema, y al congelador.
      No sé si J. estaba rendido a mis pies, pero ahora está rendido a mi congelador. Me veo teniendo que cambiar cualquier día el nombre de este blog.

      Helado de arroz con leche 
      Ingredientes
      150 gramos de arroz con leche
      200 gramos de nata (al menos 30% materia grasa)
      50 gramos de azúcar
      Canela en polvo

      Para el arroz con leche
      200 gramos de arroz
      1 litro y cuarto de leche (1250 ml)
      200 gramos de azúcar
      1 rama de canela
      Piel de un limón


      Preparación
      Preparar el arroz con leche como habitualmente. En mi caso, lo puse todo en la panificadora en el programa de mermelada y se hace solo. Si no: el método tradicional es llevar a ebullición la leche, añadir el azúcar, el arroz, la canela y la piel del limón en trozos gruesos para poder retirarlo fácilmente después (a mí no me gusta encontrar trocitos de la ralladura de cítricos en los postres). Cocer a fuego medio con mucho cuidado de que no se queme hasta que esté hecho el arroz: unos 20 minutos. Retirar la canela en rama y la piel de limón y poner en los recipientes de servir a enfriar. Con estas cantidades salen aproximadamente 4 raciones de arroz con leche. 
      Una vez enfriado, poner el arroz con leche en un bol, añadir 200 ml de nata y 200 ml de leche entera, un poco de canela en polvo y batir hasta obtener una pasta. Probar y añadir azúcar. Debe estar bastante dulce porque con el frío el sabor dulce se rebaja y quedaría insípido. Poner en el congelador al menos 3 o 4 horas. Sacar del congelador unos 10 -15 minutos antes de servir, porque queda bastante consistente.

      HELADO DE LIMÓN Y MENTA

      julio 02, 2010


      De niña siempre me pareció que tomar helado de limón era una ocasión perdida. Los helados deliciosos eran de chocolate, de avellanas, de sabores ricos y compactos. Aprendí a tomar helado de limón a fuerza de ser práctica. Me forzaba a contener un segundo el deseo ante el mostrador maravilloso de la heladería  y  recordaba la sed terrible que me dejaban luego aquellos helados de sabores suntuosos pero dulces y compactos, en mitad de una tarde de verano en el centro de Zaragoza. Y pensaba dos veces y tomaba un helado de limón para evitar esa desagrable sensación después. Así que realmente el helado de limón tuvo para mí el sabor de esa ocasión perdida de darme un capricho que me obligaba, en su lugar, a ser práctica. Era refrescante, era útil, pero nunca era rico.  
      Mucho tiempo después, mi hermana T. empezó a hacer el helado del que parte esta receta en casa de mis padres. Y yo a reconciliarme con el helado de limón, poco a poco.  
      He incluido pequeñas modificaciones, pero al final se parece mucho a aquella receta que preparaba ella en la cocina de casa, después de comer, con un calor sofocante, y anticipando lo delicioso que sería de postre esa misma noche, en la terraza, después de un día de calor terrible.
      Lo mejor de este helado es que no es exactamente un helado ni un  granizado. La leche y la nata que lleva no dejan que el zumo de limón cristalice pero al no llevar demasiadas grasas tampoco tiene la textura de un helado. Le he añadido la nata para darle más textura y las hojas de menta que le dan un toque sabroso y lo hacen aún más refrescante. 

      Helado de limón y menta

      Ingredientes 
      220 ml de zumo de limón (yo usé 5 limones, aproximadamente un vaso de zumo)
      200 gramos de azúcar
      480 ml de leche entera
      200 ml de nata (30% materia grasa)
      4 hojas de menta, fresca y algunas más para decorar

      Preparación 
      Poner la leche muy fría en un bol grande,  añadir el azúcar y mezclar bien con la batidora. Añadir la nata y batir. Añadir las hojas de menta picadas (al gusto), y el zumo de limón. Volver a batir para incorporarlo todo y poner en el congelador. Sacar inmediatamente antes de servicrlo. Decorar con unas hojas de menta y unos trocitos de bizcocho de chocolate, o de chocolate.

       
      Copyright © Tengo un horno y sé cómo usarlo. Diseñado con por Las Cosas de Maite